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  • Foto del escritorChef Caruga

Mercat La boqueria, el mundo en un mercado

Si había un lugar que quería conocer era éste, siempre lo vi en los programas de cocineros viajando por el mundo, y fue de las primeras visitas que hice cuando llegué a esta hermosa ciudad de Barcelona. Tanto me gustó, que repetí varias veces el recorrido por sus pasillos, así que, ¡vámonos a conocerlos!



A unas cuadras de la “Plaza de Catalunya” y en frente del nombrado mundialmente “Barrio Gótico” se encuentra el Mercado de Sant Josep de la Boqueria. Podríamos decir que se encuentra en el corazón de Barcelona, en la calle “La Rambla” que desemboca en el mar y puerto catalán.


Si andas por esta ciudad, no podés dejar de visitarlo en su extendido horario para comer alguna exquisitez de los platos típicos de Catalunya, una ciudad que promueve el idioma propio, catalán, en programas de radio, televisión, escuelas, carteles y, por supuesto, comercios. A pesar de la gran cantidad de extranjeros, la mayoría de los catalanes te recibirán con su idioma, al contestarles en español, puede ser que también te hablen en español o sigan en catalán, cuestión de suerte y ubicación.


Este mercado lleno de aromas y colores, que se asemeja un poco a los mercados de México, inició su construcción en 1840 y cuenta con más de 200 comerciantes entre bares, tocinerías, charcuterías, carnicerías, frutas, verduras, pescados, mariscos y todo lo que se te ocurra para comer ahí o para llevar, incluso algo dentro de tu maleta al regresar.


Si nos metemos en la historia, la primera mención del Mercado de La Boquería data de 1217, cuando se instalaron mesas como un mercado al aire libre cerca de la Puerta Vieja de la Ciudad para vender carne. Se cree que el nombre actual deriva del catalán “boc”, que significa "cabra", por lo que una boquería sería un lugar donde se vende carne de cabra.



No fue hasta 1826 que el mercado fue reconocido legalmente y una convención celebrada en 1835 decidió construir una estructura oficial. La construcción se inició el 19 de marzo de 1840 bajo la dirección del arquitecto Mas Vilá. El mercado se inauguró oficialmente en ese mismo año, pero los planos del edificio se modificaron muchas veces. La inauguración de la estructura finalmente tuvo lugar en 1853 y el techo de metal que todavía existe hoy se construyó en 1914.


Un lugar que no visité es un aula que se encuentra en el tercer piso en el cual se dan cursos, charlas y eventos gastronómicos.



Ahora vamos a mi opinión culinaria. Probé la paella valenciana con conejo, tengo que aclarar que podría vivir comiendo paella: el arroz con pescado, pollo, conejo o lo que sea y con el sabor del azafrán me puede (es decir, ¡me encanta!). Recuerdo ir a un festival de paella en México y probar unas 10 paellas distintas, eso lo dice todo.


Probé los callos a la andaluza, que me recordaron a un plato de mondongo muy sabroso. Lamentablemente no pude probar las tortillas españolas del mercado, fui dos días seguidos y las tortillas se habían acabado, me comentaron que es lo que más se consume. Así que me tuve que conformar con una tortilla española de supermercado que, la verdad, ¡estaba buenísima!


Compré azafrán, comí turrones, embutidos, panes dulces con nombres en catalán y, por supuesto, no podían faltar las cañas. (cervezas españolas)

Definitivamente es unos de los mercados más famosos del mundo, que no solo tiene comida catalana sino de toda España.


Y aunque mi recorrido fue muy gastronómico, he de decir que me quedaron varias visitas, comidas y recorridos pendientes para la próxima, ¡así tengo pretexto para volver!

¡Visca Barcelona!

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