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La influencia dominica en la Frailesca: templos, cultura y transformación social en Chiapas

  • Foto del escritor: Noé Farrera Garzón
    Noé Farrera Garzón
  • hace 14 horas
  • 2 Min. de lectura

La historia de la región Frailesca de Chiapas está marcada por la profunda influencia de los frailes dominicos, cuya presencia se remonta al siglo XVI. Esta zona recibe su nombre precisamente por la constante presencia de frailes —principalmente de la Orden de Santo Domingo— que recorrían el territorio durante la época colonial para evangelizar y establecer misiones religiosas.

Su labor no se limitaba a lo espiritual: muchos de estos frailes también fueron propietarios de haciendas, lo que tuvo un impacto decisivo en el desarrollo económico y social de la región.


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La llegada de los dominicos a Ciudad Real —hoy San Cristóbal de Las Casas— en 1545 significó el inicio de una extensa labor misionera. Con un enfoque metódico, los religiosos aprendieron las lenguas indígenas, elaboraron catecismos y textos doctrinales, y promovieron la educación como medio de evangelización.

Su estrategia consistía en fundar conventos y centros de doctrina en puntos estratégicos, lo que facilitó su expansión por toda la provincia de Chiapas, incluyendo la región que más tarde sería conocida como la Frailesca.

Durante el siglo XVII, los dominicos consolidaron su estructura eclesiástica, asegurando la presencia constante de ministros para atender las doctrinas. Su influencia fue más allá de lo religioso: impulsaron la arquitectura sacra, fomentaron la producción escrita en lenguas originarias, y se insertaron en la dinámica económica a través de la administración de tierras y haciendas.

Históricamente, la región Frailesca formaba parte de la Nación Chiapaneca, un grupo indígena estrechamente vinculado a Chiapa de Corzo. Con el tiempo, esta zona fue colonizada por pobladores mestizos, en su mayoría provenientes también de Chiapa de Corzo, lo que dio paso a una nueva etapa de mestizaje cultural y territorial que perdura hasta nuestros días.

El legado dominico se mantiene vivo en la arquitectura y la memoria histórica de Chiapas. Templos como el de Santo Domingo en San Cristóbal de Las Casas, el Convento de Tecpatán y el templo del mismo nombre en Chiapa de Corzo, son ejemplos del patrimonio que dejaron los frailes.

Estas construcciones no solo son centros de devoción, sino también íconos del turismo cultural y religioso, que permiten entender la complejidad del pasado colonial chiapaneco.

Hoy, su herencia sigue siendo tema de estudio en seminarios académicos y recorridos culturales que revelan la profunda huella que los dominicos dejaron en la identidad del estado. La región Frailesca, en particular, es un espacio donde la historia indígena, el legado religioso y el desarrollo colonial se entrelazan para contar una historia única dentro del mosaico chiapaneco.


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