Suchiapa celebró Corpus Christi entre danzas ancestrales, sincretismo y fervor popular
- Noé Farrera Garzón
- 27 jun
- 2 Min. de lectura
Se honrró al Santísimo con una semana de danzas de sus personajes míticos y su fervor ancestral
El municipio de Suchiapa, al centro del estado de Chiapas, vivió una de sus semanas más intensas y significativas con la celebración de la Fiesta de Corpus Christi, una tradición profundamente arraigada en la identidad del pueblo, donde la devoción católica convive y se fusiona con antiguas creencias y rituales de origen prehispánico.
Celebrada 60 días después del Domingo de Resurrección, la festividad tiene su origen en un suceso milagroso que, según la tradición oral, ocurrió cuando Lucano Toalá Gutiérrez encontró una hostia consagrada dentro de un árbol, junto a un panal, rodeada de abejas que parecían danzar en armonía. Este evento dio inicio a una devoción especial hacia el Santísimo Sacramento, convirtiéndose en el corazón espiritual de la celebración.
Las actividades comenzaron con la solemne velación del Padre Eterno, momento de recogimiento que marcó el inicio de los actos rituales. A partir de ahí, el pueblo se llenó de vida con la aparición de personajes tradicionales que personifican el equilibrio entre lo sagrado y lo ancestral.

Entre ellos destaca el Colmenero, quien con su silbato tradicional anuncia el comienzo de los rituales; el Calalá, con su danza de origen prehispánico que se realizaba para ahuyentar el mal y pedir buenas cosechas; el Tigre de Nambusheli, figura imponente que representa la fuerza de la tierra y el espíritu protector del pueblo; así como el Gigante Emplumado (Quetzalcóatl), símbolo de la sabiduría ancestral y el sincretismo cultural.
También participaron los Chamulas, las Reinitas, y el Rey y sus Malinches, personajes que evocan la época colonial y la dualidad que da forma a la identidad cultural de Suchiapa. Juntos, recorrieron las calles en procesiones, danzas, cantos y ofrendas, mientras el sonido del tambor y la flauta marcaban el ritmo de la memoria colectiva.
El momento culminante se vivió el domingo con la tradicional revolcada de los tigres, lo que para muchos es una representación simbólica de lucha, renovación y purificación, en la que los danzantes tigres, son finalmente derribados sobre la tierra, sellando con este acto ritual el cierre del ciclo festivo.
La Fiesta de Corpus Christi en Suchiapa fue un evento ampliamente concurrido, que atrajo a visitantes de distintas regiones y reafirmó su importancia como una de las celebraciones más singulares del estado. Esta expresión viva de sincretismo, fe y resistencia cultural, sigue siendo un legado invaluable para las nuevas generaciones.





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