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Entre montañas y tradición: el café chiapaneco conquista al mundo

  • Foto del escritor: Noé Farrera Garzón
    Noé Farrera Garzón
  • 12 jun
  • 2 Min. de lectura

Todo un orgullo mexicano con aroma internacional


El café de Chiapas no solo es una bebida, sino un emblema de identidad, historia y sabor que ha conquistado paladares en todo el mundo. Reconocido por su aroma inconfundible, su textura suave y una gama de sabores que van desde lo cítrico hasta lo achocolatado, este producto chiapaneco ha logrado posicionarse como uno de los mejores cafés a nivel internacional.

Aunque el café llegó a México en el siglo XVIII, fue hasta el siglo XIX cuando comenzó a cultivarse en Chiapas, especialmente en la región del Soconusco. La llegada de inmigrantes europeos, en particular alemanes, dio impulso a la creación de fincas cafetaleras que marcaron el inicio de una larga tradición agrícola. Desde entonces, el café se ha consolidado como uno de los principales motores económicos del estado y como embajador del sabor chiapaneco en el extranjero.

Chiapas es uno de los mayores productores de café en México y ha destacado en certámenes internacionales como la Taza de Excelencia, donde ha recibido numerosos reconocimientos. Gracias a sus condiciones geográficas —altas montañas, suelos volcánicos y climas templados—, el estado produce cafés de especialidad de gran prestigio.

Entre las variedades más destacadas cultivadas en Chiapas se encuentran:

Café Chiapas: Muy apreciado por su perfil balanceado y aroma profundo.

Bourbon: Equilibrado, con notas de caramelo y nuez.

Typica: Suave, dulce, con matices frutales y de miel.

Mundo Novo: Una mezcla de Bourbon y Typica, con cuerpo medio y acidez agradable.

Caturra: Ligero, brillante, con notas cítricas.

Café de altura: Cultivado en zonas montañosas, con sabor intenso y complejidad aromática, incluyendo chocolate, frutas rojas y flores.

Pese a su prestigio internacional, el café chiapaneco enfrenta retos importantes: el cambio climático afecta su producción, la volatilidad del mercado repercute en los ingresos de los productores, y las grandes cadenas comerciales muchas veces imponen condiciones desfavorables. Además, el consumo local sigue siendo bajo, lo que impide fortalecer un mercado interno sólido, al igual que la inseguridad.

Sin embargo, los caficultores chiapanecos siguen apostando por la calidad y la sostenibilidad. Gracias a su esfuerzo, el café de Chiapas continúa siendo una joya de la gastronomía mexicana y un atractivo turístico para quienes buscan experiencias auténticas, como recorridos por fincas, catas guiadas y rutas del café en paisajes naturales inigualables.

Visitar Chiapas y probar su café no es solo una experiencia sensorial, sino también un acto de reconocimiento al trabajo de generaciones que han hecho de este grano un símbolo de orgullo y excelencia, espacios como Cafeología, en San Cristóbal de Las Casas, en los Altos de Chiapas, ofrecen experiencias no sólo de sabor sino también lúdicas del grano aromático.



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